Selfiedown para días sin plan
Los mismos perros con
distintos collares, así va la cosa cuando me siento a observar desde
un banco del Passeig del Born, de esos con una bola de piedra debajo
que según y como pones el pie te descuajaringa el talón de Aquiles.
Se le ocurrió el tema al escultor Jordi Plensa, que pensó que una
bala gigante estaría bien in memoriam de algún cañonazo del 1714.
Espero a que abran las tiendas y un rayo de sol de este abril
calentito rebota en el cristal de una ventana de la única casa
gótica de la calle. Se despereza tarde el barrio más cool de
Barcelona, no antes de las 10,30. A esa hora es Guirilandia, y la
cola para entrar al Museo Picasso es lo único que me recuerda que en
unas horas las calles entrarán en ebullición.
Pasea la chica rusa (se
le nota) heladita de frío con la camiseta escotada porque hay que
perpetuar un selfie callejero lo más alejado posible a la imagen de
la Красная
площадь y el gorro de
zorro. Ana Karenina se convierte en La Juani y no hay tipo que no le
mire las tetas. Es natural, son de las primeras de la temporada y
como todavía hay pocas aumentan su valor y ni la evolución, ni el
cambio generacional, ni la modernidad cambian la mirada de la libido.
Los mismos perros que antaño. La sangre alterada, es lo que hay
ahora mismo en la calle. Vitamina D sobre la piel y un incesante
aumento de “testosferomona”, esa hormona que la Ciencia aún no
ha descubierto pero que, insisto, existe. Sonrío al recordar una
llamada del día anterior, la de un amigo al que no veo hace meses y
que me dijo: “No veas la vida sexual que tengo, es que no paro.
Venga a follar, todo el día. No sabes lo ventajoso que es hacerlo de
memoria. Me acuerdo de esta, de aquella, del polvo en la terraza, en
la ducha, en el coche... Incluso de alguno en la cama. Y me doy
cuenta de que la memoria tiene sexo, el mejor sexo”. De nuevo el
mismo perro. Antes le llamaban masturbación y ahora que tendemos a
“anglosajonalizarlo” todo, podemos llamarle selfdown. Sonaría
así: “Anoche me quedé en casa para un selfdown”. Queda como
pijo ¿no? O “ Hoy no salgo, tengo plan de selfie selfdown”. Eso
sería auto fotografiarse mientras te gestionas la entrepierna.
Juani Karenina ya ha
ligado. Él es un hipster, antiguo hippy pero sin flores (otro perro
con collar nuevo). Y yo sigo ahí, junto a la bala de cañón,
agradeciendo que el sol no me acaricie la piel todavía. Hoy no es el
día.