Friday, April 25, 2014

Selfiedown para días sin plan


Los mismos perros con distintos collares, así va la cosa cuando me siento a observar desde un banco del Passeig del Born, de esos con una bola de piedra debajo que según y como pones el pie te descuajaringa el talón de Aquiles. Se le ocurrió el tema al escultor Jordi Plensa, que pensó que una bala gigante estaría bien in memoriam de algún cañonazo del 1714. Espero a que abran las tiendas y un rayo de sol de este abril calentito rebota en el cristal de una ventana de la única casa gótica de la calle. Se despereza tarde el barrio más cool de Barcelona, no antes de las 10,30. A esa hora es Guirilandia, y la cola para entrar al Museo Picasso es lo único que me recuerda que en unas horas las calles entrarán en ebullición.
Pasea la chica rusa (se le nota) heladita de frío con la camiseta escotada porque hay que perpetuar un selfie callejero lo más alejado posible a la imagen de la Красная площадь y el gorro de zorro. Ana Karenina se convierte en La Juani y no hay tipo que no le mire las tetas. Es natural, son de las primeras de la temporada y como todavía hay pocas aumentan su valor y ni la evolución, ni el cambio generacional, ni la modernidad cambian la mirada de la libido. Los mismos perros que antaño. La sangre alterada, es lo que hay ahora mismo en la calle. Vitamina D sobre la piel y un incesante aumento de “testosferomona”, esa hormona que la Ciencia aún no ha descubierto pero que, insisto, existe. Sonrío al recordar una llamada del día anterior, la de un amigo al que no veo hace meses y que me dijo: “No veas la vida sexual que tengo, es que no paro. Venga a follar, todo el día. No sabes lo ventajoso que es hacerlo de memoria. Me acuerdo de esta, de aquella, del polvo en la terraza, en la ducha, en el coche... Incluso de alguno en la cama. Y me doy cuenta de que la memoria tiene sexo, el mejor sexo”. De nuevo el mismo perro. Antes le llamaban masturbación y ahora que tendemos a “anglosajonalizarlo” todo, podemos llamarle selfdown. Sonaría así: “Anoche me quedé en casa para un selfdown”. Queda como pijo ¿no? O “ Hoy no salgo, tengo plan de selfie selfdown”. Eso sería auto fotografiarse mientras te gestionas la entrepierna.
Juani Karenina ya ha ligado. Él es un hipster, antiguo hippy pero sin flores (otro perro con collar nuevo). Y yo sigo ahí, junto a la bala de cañón, agradeciendo que el sol no me acaricie la piel todavía. Hoy no es el día.


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