Friday, January 19, 2007

El sexo de Peter Pan



Me propuse establecer una relación entre 100 y el sexo. ¿Cien polvos? Demasiado recurrente. ¿Cien amantes? No se lo creería ni SantoTomás reformado. ¿Cien posturas? Ni el Kama Sutra, con las 65 tradicionales llega al número. Pinché en google “sexo 100”. Tonterías a parte dí con un estudio que encajaba por una cuestión de porcentajes: la teoría – que no hipótesis – de la asexualidad. Leí ésto: “Es difícil concebir la idea de una persona sana y cien por cien indiferente al sexo… Pero cada vez va surgiendo con más fuerza un nuevo movimiento sexual: se puede ser feliz sin sexo”.
Atendiendo a todas y todos aquellos que conozco que confiesan insatisfacción en el sexo o decidida abstención, y se me ocurre que hay ventanas de esperanza a la autoestima, a la creatividad, incluso a la convivencia más armónica. De momento, hay mensaje para todos los que llevan tiempo sin practicar, que cada día son más los y las que confiesan: ni los bajos se cierran, ni el movimiento se olvida, ni los músculos (ésos al menos) pierden elasticidad.
En el mismo estudio leo: “Prescindir del coito no significa renunciar a la pareja. Los asexuales también se pueden enamorar… Tienen las mismas necesidades emocionales que el resto de los humanos y son capaces de formar relaciones”. ¿No le estaremos dando demasiadas vueltas al sexo y al mitificado orgasmo cuando en realidad lo único que le importa casi al 100% de la humanidad es el cariño, el desarrollo de la relación, la propia historia, las miradas, las palabras?
El estudio cita algunos asexuados históricos. Por ejemplo, a Frédéric Chopin y George Sand. Tantos ríos de tinta con la parejita y lo suyo duró los dos meses que el músico pasó tosiendo en Valldemosa mientras ella escribía como una posesa. Otro al que le cundió la asexualidad fue a J.M. Barrie, el creador de Peter Pan. Y ahora, si alguien osa, que me diga que no le gusta Peter. Semejante declaración de principios sería un suicidio intelectual. ¿O no? Y no quisiera olvidarme al escritor norteamericano Paul Bowles, autor de “El Cielo protector”, novela autobiográfica, que se casó con Jane Sydney Auer, lesbiana. Me consta, por amigos tangerinos, en cuya ciudad vivió Bowles, que él no era gay. Se amaron mientras él escribía y ella mantenía relaciones lésbicas. No me creo yo tanta creatividad si en medio se folla bien.
Hay una alternativa: se puede ser feliz un día con sexo y otro sin. Ni el sexo – ni por supuesto la felicidad – son obligatorios. En cualquier caso, sexo no es sinónimo de felicidad, ni asexualidad de amargura. Aunque a muchos hombres, sobre todo, les encante decirnos aquello de “estás mal follada”. Suele pasar cuando se quedan sin argumentos en vertical. O cuando no te despiertan pasiones. Aunque en éste último caso ose más de uno, además, insinuar que eres lesbiana. VIVIR PARA VER!!!

Thursday, January 04, 2007

annaescarlata

annaescarlata

De cama en cama



Hace unos meses salió a la venta un libro escrito por mí de título “Ibiza de cama en cama”. Va de camas, por supuesto, aunque quizás se entienda mejor si digo que va de Hoteles. Exquisitos, eso sí, por alguna u otra razón. Y no me refiero precisamente a lugares de precio desorbitante, sino a todos aquellos que tienen algo especial y las anécdotas que en ellos he vivido.
Una condición para vivir en los hoteles y poder hablar de ellos en profundidad es llegar con lo puesto, sin más. Es cuando realmente te das cuenta si el establecimiento es parecido a un hogar, a un simple alto en el camino, a un espacio en el que compartir o simplemente te sientes como un dígito más en la facturación o como un número de habitación. Cuando viajas de este modo la ausencia de un cepillo de dientes o de un simple suavizante para el cabello se convierten en algo más que anécdotas. Puede llegar a suscitar una situación dramática. Ya les adelanto, por experiencia, que el precio de las camas no siempre concuerda con el servicio y el trato humano que se recibe.
Mientras escribía el libro y gracias a ello conocí a Tina Turner, coincidí con Mike Jagger, con Goldie Hawn y con muchos que se pierden por la isla seguros de que allí no les perseguirán las portadas. También conocí gente anónima que no me gustaría haberme perdido. Créanme que una experiencia como ésta se vive de forma muy distinta si se realiza sola o en compañía. Yo la realicé sola.
Tan buena ha sido la acogida del libro que he iniciado el camino por las camas de mi ciudad, de Barcelona. Las públicas, se entiende. Lo voy a hacer en las mismas condiciones: sola y con lo puesto, sin más. A partir de hoy, pues, iré informando en este blog de los Hoteles que vaya probando. No esperen valoraciones, porque si no tengo nada positivo que contar de un lugar, mi dinámica es obviarlo directamente. Les contaré lo que vaya viviendo, y las valoraciones ya las harán ustedes. Así lo hice en el primer libro y así pienso hacerlo en el segundo.
Seguiré informando.