Friday, November 24, 2006

Puta cerveza!!!!!



Vivo en la ciudad de las miradas, de las sonrisas contenidas, de los gestos que son pero no son, de las palabras que susurran pero no gritan, de los pensamientos que se tienen pero no se hablan. Vivo en Barcelona, la ciudad de la abstinencia. Incluso emocional. He oído contar que en épocas de mi abuelo, los burgueses más cercanos a los ricos montaban rankings de amantes. “La de los Rius es más guapa que la nuestra”, le decía una marquesa a su marido al hablarle de la amante de su vecino. Era así y así estaba de asumido. ¿Creen que ésto ha cambiado tanto? Sí, sin duda que ha cambiado, pero ésta ciudad mía, que adoro y no cambiaría por ninguna es, aunque me pese, la ciudad de la abstinencia.
Hay, además de la de las amantes institucionales, otra costumbre catalana muy curiosa. Vean la situación telefónica que se puede producir un día cualquiera y con un género cualquiera, con Carlos o con Carlota, da igual.

-Hola Carlos, soy Anna. ¿Cómo estás? Llevamos siglos sin vernos.
-Hola – suena llena de sorpresa y alegría la voz de Carlos. Es verdad, oye, - sigue – hace un montón que no te veo.
-¿Tomamos una cerveza esta tarde al salir de la ofi?- digo yo.
Y en este momento se produce la catarsis. Es cuando, tras un silencio entre tres y cuatro segundos, Carlos dice:
-Mmmm, ¿hoy?; no sé, a ver, déjame que piense. ¿Y si quedamos de hoy en ocho?
¡Dios mío! Sólo he hablado de una cerveza. Y si Carlos duda tanto es porque realmente no tiene nada que hacer al salir del trabajo. De otro modo habría dicho directamente “hoy no puedo, te llamo mañana”. ¿No será porque no le he propuesto camear directamente? En fin. Hay que esperar toda una semana para el intercambio de información vital. Para la sexual
Como ya me lo sé, ayudo a Carlos y digo:
-Vale, tranquilo, nos llamamos la próxima semana.

Y pasan las semanas, y llega la Navidad, y Semana Santa, y agosto… y pasa la vida. Y un día, dos años después, te enteras de que Carlos se ha largado a Fidji y se dedica a vender neveras para cocos a los negros. Pero tranquilicémonos, revisemos la agenda, y veamos cuándo quedamos. O podamos quedar.
Genial la pregunta que me lanzó mi amiga María el día que le presenté a un amigo: “¿es de los que follan o ha de pasar por un montón de cenas con miradas?”
Así es mi ciudad, la de las miradas y el “déjame que piense”.

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Eres la mejor.
De largo, de corto y de ancho.
Hacía siglos que no leía una definición tan exacta de la puta Barcelona.
Solo un matiz, no para corregir, sino para complementar.
En mi experiencia de pendón desorejado, añadiria al comentario de María, este otro desde la óptica masculina.
"¿Esa es de las que follan? ¿O ha de pasar un montón de cenas contándome lo que quiere hacer de su vida?"
Un besazo.

5:51 AM

 
Blogger Anna R. Alós said...

COMPROBANDO

1:22 PM

 

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