Diccionario de excusas
Hace unos días me llamó una amiga periodista para saber si yo asistía a uno de esos actos intermedios que, en honor a la verdad, ya que estamos les digo (espero que algún rrpp lea ésto) que cubrimos si la semana va escasa de news y eventos varios. ¿Que va llena y no tenemos bastante papel? Pues se quedan fuera. Y el que se queda afuera, lamentablemente, es siempre el más pobre porque tiene menos crédito en el banco y menos posibles de inversión.
-No, no voy – le contesté. Necesito algún momento para ir al lavabo, al super y a la pelu.
-Pues yo tampoco voy – me contestó ella – y de paso voy al Mercadona a por el roast-beef ese envasado que está que te mueres de rico y soluciona un montón. Lleva hasta la salsa.
-Es verdad – le dije-, yo sin éso no soy nadie. ¿Has visto que también tienen bressaola y carpaccio? Lo que no te recomiendo es la salsa del carpaccio; demasiado ajo, y si te cruzas con Victoria Beckham es capaz, con lo borde que es, de tirarse un pedo, que seguro que le gusta más su aroma que el del ajo.
Ja, ja, ja… mil “jas” de complicidad. Mi amiga colgó. Al momento volvió a llamar:
-¿Qué excusa le has dado al rrpp para no ir?
-Ni media. Ya es lo que faltaba, tener que dar excusas. Ya le confirmé mi no asistencia cuando me dijo con una semana de antelación que necesitaba saberlo porque todos no cabíamos. Insistió en una respuesta rápida y se la dí: “pues no iré, así dispones de un lugar más en la mesa”.
-Pero yo sí confirmé.
-Entonces sí toca excusa.
-¡Ayúdame! Estoy bloqueada.
-Envíale un sms sin lugar a respuesta o llamada: “estoy en plena sesión de fotos y no te puedo ni llamar. Mil disculpas, pero no llego a tiempo. Hablamos mañana. Besos. L.”
Jugada perfecta. Ni ella asistió ni el rrpp la llamó. Concluyó dos días más tarde con un “qué lastima perdérmelo” de ella, y un “pues sí porque estuvo genial” de él.
Como cuando tengo tiempo reflexiono – si no, ni se me ocurre -, esa noche lo tuve y se me ocurrió una lista de excusas para no asistir a todas las convocatorias a las que nos convocan los convocadores y que nadie, ni ellos, ni nosotros, ni las marcas patrocinadoras, ni las madrinas del cash por ir, se ofendan. Ahí, y dedicadas a mis colegas de la press army, van unas cuantas y en distintos formatos:
-Imposible, he quedado con mis hijos (oral y con voz de madre o padre)
-Será difícil. Es posible que no esté en la ciudad (oral, firme, con decisión y espíritu de viaje internacional)
-No puedo hablar. T llamo dspués (sms)
-No asistiré. He kdado con mi editor (sms)
-Perdona, no puedo hablar ahora. Te llamo (oral, con la voz muy, muy flojita y clandestina)
-Me encuentro fatal. ¿Me envías la info? (oral, tono de tristeza, compungido, con cierta culpabilidad incluso)
-Mi director me envía a otro acto (oral y en tono inexcusable. Ojo con ésta que a menudo puede ser cierta)
-Es el cumple de mi madre y tengo fiesta sorpresa (oral con tono cansino, por lo de la reunión familiar y todo éso)
-Bautizan al niño de mi prima. Fíjate, en jueves. ¿A quién se le ocurre? (oral y con tono “qué idiota es mi prima, ¿no?”)
-Tengo puntos de Iberia y me voy a Cuenca una semana (oral y en tono de agotamiento y de merecido descanso en Cuenca, donde no hay aeropuerto pero tardarán en reaccionar).
-No podré ir, tengo hora en el podólogo (este puede tener ambos formatos, sms y oral, porque suena tan extraño lo de ir al podólogo que nadie os lo cuestionará).
Y si os llaman al móvil y en ese momento no lleváis impresa esta lista o no os viene a la cabeza ningún renuncio creíble, y decís “ahora no puedo hablar” , hay muchas probabilidades que os contesten: “bueno, pero escucha, te llamo para sab….” En este punto hay que desconectar y “a otra cosa, mariposa”.
Excuso deciros que la labor de los rrpp es impagable en cuanto a que nos solucionan muy a menudo el día a día. BESOS A TODOS.
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